PINTOR JOAQUIN SOROLLA, OBRA NIÑA
Sucede que todo se desplaza en forma disímil a mi perspectiva,
Al asomarme por la ventana de mi esencia, no consigo sortear abrigar el temor de este anónimo secreto…
Me pregunto algunas veces,
Porque…
Cuando sucedió que Salí con sueños y sonrisa infantil para extraviarme sin retorno
En un mundo mío, equidistante a todo lo que veo…
Paralelo…
Pues nunca nos cruzamos….
Un mundo privado, emboscado…
un tanto mate y ermitaño…
Un mundo en el cual no deseo que habites…
Sendas en la que viajo a paso soñoliento… flemático…
Sintiéndome algunas veces muerta,
Otras tantas viva…
Ya no sé si existo
O si el mismo día en que me perdí, me plante con raíces eternas en aquel mundo mío…,
Mi vida transcurre como un domingo eremita a la expectativa de que extinga y emprenda otro lunes…
Nada guarda significado si me contrasto con aquello que veo a partir de la ventana de mí ser…
Me redimo ante la fabula de esta niña mustia…
La miro… Doy vuelta a mi encaro como lo hacen muchos ante la indigencia,
Ante la estrechez de un mendigo,
Giro hacia otro norte… me hago incorpórea a su lamento silente…
Lo que sea por no conceder que milita…
La frialdad me consume… lo asiento
Vivo y me aclimato a vegetar con la permanencia de mis ojos húmedos…
Con mi corazón arropado en mantas de hiel…
De hielo…
No existo en este lugar…
